Por Emmanuel
Ameth
Tres de las cadenas de supermercados más
importantes de México como lo son Walmart, Soriana y Sam’s Club comercializan
fórmulas lácteas que mediante publicidad engañosa hacen pasar por ‘leche’ y sus
derivados. La mayor gravedad sin embargo es que para la elaboración de dichos
productos ocupan sustancias cuya ingesta es considerada venenosa y los niños son,
por excelencia, los mayores consumidores.
Así, no sólo es preocupante el estado de
indefensión en el que se han dejado a los productores mexicanos a partir del
Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (NAFTA por sus siglas en inglés) dado
el incremento exacerbado de importaciones –subsidiadas de origen- de leche en
polvo y sustitutos sino que no existe preocupación alguna del negocio que se
realiza a costa de la salud.
Según Álvaro González Muñoz, presidente del Frente
Nacional de Productores y Consumidores de Leche, sustancias como el
Hexametafosfato de Sodio y el Fosfato Disódico, componentes primordiales para
la elaboración y conservación de las fórmulas lácteas, el solo contacto con
estas en la piel puede causar irritación y el peligro es aún mayor si se
ingesta como bien se aprecia en las fichas de los laboratorios.
Además de las conocidas 'marcas propias' de las tiendas Soriana, Aurrerá, podemos apreciar otras como la comercial Nutri Leche.
Si bien el ministerio de salud en aquél país es más
bien suave y permisible con este tipo de asuntos, la defensoría del consumidor
no se queda atrás en temas de publicidad engañosa y/o confusa, aún cuando los mismos
empaques señalan ser sustitutos o imitaciones.
El negocio
millonario de los importadores de fórmulas
De 1994 a 2007 las importaciones de leche en polvo
alcanzaron una cifra de 3 mil 389 millones de dólares. Al cierre de 2012 las
importaciones de leche en polvo y sustitutos fueron de 43.2 litros anuales
cuando en 1994 apenas eran de 17.6.
No es de extrañar que sin apoyo alguno para
competir la cifra actual de lecheros en México ascienda a 150 mil
micro-productores cuando en sus mejores años llegaron a los 500 mil. En moneda
mexicana, la cuota de mercado que les fue arrebatada asciende a los 152 mil
millones de pesos aún y cuando los supervivientes aumentaron la eficiencia
productiva de su ganado sin el apoyo del gobierno mexicano.
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